Kimi no na wa
Kimi no na wa es una película de animación japonesa estrenada en 2016; escrita y dirigida por Makoto Shinkai, animada por CoMix Wave Films y distribuida por Tōhō. La película está inspirada en la novela del mismo nombre escrita por Shinkai que fue publicada el 18 de junio de 2016. Masayoshi Tanaka es el diseñador de personajes y la maginifica banda japonesa Radwimps compuso la música de la película. Se estrenó en la convención Anime Expo 2016 en Los Ángeles el 3 de julio de 2016 y más tarde se estrenó en Japón el 26 de agosto de 2016. En la Anime Expo 2016 también se anunció que la película había sido licenciada por Funimation.
Makoto Shinkai
La película narra la historia de las vidas entremezcladas de Mitsuha, una muchacha que vive en el pueblo ficticio de Itomori (inspirado en Aogashima), situado en el valle de Hida, y Taki, un muchacho que vive en Tokio. Todo ello bajo el paraguas de un cometa que se acerca a la tierra y con el sintoísmo como sustrato de la historia.
La llegada del cometa tendrá funestas consecuencias para los habitantes de Itomori, ocasionando un importante desastre natural y humano. No es de extrañar que esta temática esté tan presente en los cineastas japoneses, ya que las heridas del terremoto y tsunami de 2011 aún no están cerradas.
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Cometa de Itomori
Yoji Yamada ya añadió una mención a aquel desastre en su Una familia de Tokio, que originalmente no iba a tener esa mención (y que analizamos también en Japonismo de forma comparativa con Una historia de Tokio). Un tiempo después es Makoto Shinkai quien utiliza otro desastre natural para contarnos una preciosa historia.
Your name tiene una belleza plástica increíble, muy contrastada entre la naturaleza del entorno rural y la precisión casi fotográfica de las escenas que ocurren en Tokio. La película puede resultar, sobre todo al principio, algo confusa, pero está claro que el director lo hace a propósito para mantener al espectador interesado.
Incluso una vez que se nos explica toda la trama, hay aspectos que siguen resultando confusos -y que se entienden mejor en un segundo y hasta tercer visionado-. De hecho, si vemos la película desde un punto de vista totalmente científico o lineal, podemos pensar que el guión está lleno de agujeros. Pero, sinceramente, la película nos habla a otro nivel, a uno de sentimientos, de mitología, de conexiones que trascienden el tiempo y el espacio.
La película puede que nos recuerde a Torikaebaya Monogatari, una historia de finales del periodo Heian sobre un noble de la corte que tiene un hijo y una hija que, curiosamente, se comportan como si fueran del sexo opuesto.
Y aunque esta historia tiene casi 1000 años de antigüedad, las historias sobre cambios de cuerpo no son tan extrañas. Pero Shinkai no quiere que nos centremos sólo en ello. Quiere que pensemos que tal vez estamos ante otra historia similar, para luego sorprendernos con una trama en la que estos intercambios son sólo la excusa para que ambos personajes se conozcan y pongan en marcha los engranajes de la historia.
Sobre todo porque, también expresado por el director, hoy en día que haya un cambio de cuerpo no es tan raro. E incluso aunque Japón sea aún sociedad muy tradicional en algunos aspectos, lo importante de la historia no está en el hecho de ser hombre con cuerpo de mujer, aunque se utilice para algunos guiños cómicos que arrancan carcajadas entre la audiencia.